a lo largo de todo el continente africano los espíritus vengativos de los difuntos, irracionalmente enojados, regresan causando muerte y destrucción en su despertar. Están sedientos de sangre, ansiosos de poder tragar abundantes raciones de ella, con el fin de hacer acopio de fuerzas para poder seguir su eterna venganza. Los espectros de padres, madres, tías, primos, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos no se apaciguan ni ofreciéndoles sacrificios y, molestos por cualquier pequeña falta que cometiera la familia, no dudan en sembrar oleadas de terror y pillaje hasta que al fin, cansados, regresan a sus guaridas para continuar espiando, en eterno descontento, a sus deudos. Estos espíritus reciben distintos nombres según la región: por ejemplo, asanbosam en Ashanti (Ghana), owenga en Guinea, otgiruru entre los hereros, etc.
la forma más adecuada de calmar a los muertos es ofrecerles continuos sacrificios, junto con gran número de plegarias. Si se degolla un cordero o cabra en el interior de un choza, los difuntos acudirán a lamer del suelo la sangre derramada. Los hechiceros y brujas curanderas fallecidos son enemigos mucho más difíciles de apaciguar. Pueden llegar a alcanzar diez veces la fuerza de la luna, o transformarse a voluntad en murciélagos o perros. Estas criaturas asaltan por la noche los poblados, chupando la sangre de los vivos de distintas partes de su cuerpo. Para protegerse de ellos, los cadáveres deben ser quemados en las noches sin luna, o clavados al suelo. Es de gran importancia quemar hasta el más pequeño fragmento de sus cuerpos o, de lo contrario, estos monstruos volverán a formarse a partir de cualquier diminuto residuo de carne carbonizada, con los consiguientes deseos de venganza.
el resto de la serie:
¡vampiros!
los vampiros rumanos
vampiros en Europa Oriental
el vampiro chino
vampiros en América
vampiros mediterráneos
ronronea: levina
la forma más adecuada de calmar a los muertos es ofrecerles continuos sacrificios, junto con gran número de plegarias. Si se degolla un cordero o cabra en el interior de un choza, los difuntos acudirán a lamer del suelo la sangre derramada. Los hechiceros y brujas curanderas fallecidos son enemigos mucho más difíciles de apaciguar. Pueden llegar a alcanzar diez veces la fuerza de la luna, o transformarse a voluntad en murciélagos o perros. Estas criaturas asaltan por la noche los poblados, chupando la sangre de los vivos de distintas partes de su cuerpo. Para protegerse de ellos, los cadáveres deben ser quemados en las noches sin luna, o clavados al suelo. Es de gran importancia quemar hasta el más pequeño fragmento de sus cuerpos o, de lo contrario, estos monstruos volverán a formarse a partir de cualquier diminuto residuo de carne carbonizada, con los consiguientes deseos de venganza.
el resto de la serie:
¡vampiros!
los vampiros rumanos
vampiros en Europa Oriental
el vampiro chino
vampiros en América
vampiros mediterráneos
ronronea: levina
6 maullidos:
¡Qué alegría me ha dado ver este post! Yo me lo tomo como una colección por fascículos, y cuando sacas un nuevo número, Levina, hay ganas de quitarle el plástico del envoltorio enseguida... jaja
Ostras, qué curioso que en todas las culturas, tiempos y lugares esté el monstruo que se alimenta de la sangre de los vivos. 'La sangre es la vida' ¿no? jeje
Podemos escuchar los tambores, todos los animales de la selva viviente, la naturaleza llena de dioses, las máscaras...
http://ideasrenovadas.com/archivos/104
Ala, una mención !!!!
por diiiió, que miedito que me dan todas estas cosas de muertos y espíritus vengativos ..:S
hola julián;
tiene su lógica, la sangre asociada a la desgracia y el miedo a la muerte.. no conozco ningún estudio recomendable sobre este tema, supongo que algún mitólogo debería escribirlo un día de estos..
besos,
hola reven;
no te puedes imaginar la ilusión que me ha hecho esta mención. Francamente, no lo esperaba.
miauuuuuuuuuuuuu!!!
hola marisa;
buh!!! :D
besos,
Publicar un comentario