
en la Odisea Homero ya mencionaba a la monstruosa Escila, que dotada de múltiples tentáculos devoró a los tripulantes de Ulises. Herman Melville escribió acerca de una vasta masa de carne dotada de innumerables tentáculos y largos brazos, irradiados desde su centro, serpenteando y retorciéndose como un nido de anacondas. Para los marineros escandinavos la más terrorífica de todas las bestias era el Kraken, una cruel criatura capaz de arrastrar hombres y naves hasta sus tumbas submarinas.
pues bien, estos monstruos existen, y se pueden encontrar en las costas españolas. Hablamos de los calamares gigantes. Se trata de un animal real, aunque bastante enigmático. Se desconoce por completo su ciclo reproductivo, su hábitat, los nidos donde viven, y en general su comportamiento. Por el momento hay muy pocas capturas documentadas, aproximadamente unas 500 en todo el mundo, y la mayoría han aparecido en mal estado, varados en las costas y en estado de descomposición. Además casi siempre los ejemplares han sido jóvenes, inmaduros, todo lo cual ha aportado tan solo datos parciales para su investigación. Únicamente una vez se logró capturar un ejemplar vivo, en Japón en el 2006, y falleció al poco tiempo. Por añadidura, debido a sus costumbres solitarias y erráticas, y a la profundidad de su hábitat se hace necesario estudiarlos a través de vías indirectas, por ejemplo siguiendo a sus depredadores (calderones o cachalotes), o analizando el contenido de sus estómagos.

los calamares gigantes son conocidos desde la antigüedad, a través de leyendas como la del Kraken. Sin embargo el primer avistamiento documentado se produjo en aguas españolas, en 1861, al noroeste de la isla de Tenerife, cuando una corbeta francesa ―el Alectón― fue atacada por un calamar gigante. Los tripulantes lo describen en su cuaderno de bitácora como un monstruo de tamaño descomunal, de 25 metros de largo, con un cuerpo de color rojo ladrillo del que partían tentáculos de otros 25 metros de longitud. Calcularon un peso no inferior de 23 toneladas, y mencionaron también unos ojos negros, enormes, de unos 30 cm. de diámetro.

el Alectón, que era un buque de guerra, hizo frente al ataque del animal disparando varias balas de cañón y arrojando arpones, pero las balas penetraron en su cuerpo sin causarle demasiado daño, y los arpones tampoco lograron fijarse sobre su carne blanda. El calamar desapareció varias veces bajo la superficie, tres o cuatro veces, reapareciendo siempre al cabo de unos cinco minutos. Tras tres horas de lucha, parece ser que uno de los disparos acertó en un punto vital, el calamar vomitó grandes cantidades de alimento semidigerido y de mucosidad y finalmente murió, hundiéndose en el océano. La tripulación logró rescatar un trozo de aleta antes que desapareciera definitivamente bajo las aguas, pero se descompuso con mucha rapidez. Al llegar a puerto hicieron una declaración jurada, dejando así por escrito constancia de tan extraordinario suceso.
en aguas españolas existen dos especies de calamares gigantes muy distintas entre sí: el Architeuthis dux, que puede alcanzar los 22 metros de largo y 300 kilos de peso, tiene ocho brazos, dos tentáculos largos y centenares de ventosas, de hasta 5 cm. de diámetro. Habita en profundidades semiabisales, entre los 400 y los 500 metros. Este bicho tiene los ojos más grandes del reino animal, de hasta 30 cm. de diámetro, y crece entre 3 y 5 cm. al día, lo que le convierte en el animal conocido con una tasa de crecimiento más rápida de la Naturaleza. Vive aproximadamente 5 años, y se alimenta de pequeños peces, crustáceos y calamares. Se encuentra en todos los océanos excepto en aguas tropicales.

la otra gran especie que habita en aguas españolas es el Taningia danae, conocido en algunos lugares como «pulpo Pota». Se trata de una especie mucho más rechoncha y corta que el Architeuthis. Viven entre los 500 y los 1000 metros de profundidad, y se distribuyen casi por todo el mundo. Lo más curioso del Taningia danae es que tiene dos órganos luminosos que emiten una luz de color amarillo limón. Estos fotóforos están al extremo de un par de brazos y son los miembros luminosos de mayor tamaño que existen en el reino animal. Están equipados además con una membrana oscura que pueden mover a voluntad como una especie de párpado, lo que les permite producir efectos luminosos, como flashes, centelleos e incluso juegos de luces. Se supone que utiliza esta luminosidad para comunicarse con otros calamares de su especie, y también para atraer presas.
¿dónde podemos encontrar calamares gigantes en España? básicamente, en tres lugares: la zona del Estrecho y del Levante, la costa asturiana y frente a la isla de Tenerife. En Levante los avistamientos son casi anecdóticos, tan solo se han registrado seis. Posiblemente entran desde el Estrecho, siguiendo alguna ruta migratoria desconocida o quizá arrastrados por la corriente superficial oceánica, que penetra en el Mediterráneo. El foco más importante de la península es el caladero de Carrandi, a unas 30 millas al NE de Gijón. Desde 1952, año en que se registró el primer avistamiento, hay 49 casos documentados, aproximadamente un 10% del total de los casos mundiales. Aunque existen indicios de avistamientos incluso más antiguos porque los lugareños, los marineros de la zona, ya conocían los calamares gigantes. Los llamaban «peludines», un caso único en que este animal es conocido con un nombre local. Los llamaban así porque al varar o al ser capturados accidentalmente siempre aparecían con la piel pelada, por el rozamiento de la arena o con las redes.

Carrandi, junto al mar de Ross en Nueva Zelanda, es el mayor nido de calamares que existe en el mundo. En el caladero de Carrandi existen tres cañones submarinos que cortan la plataforma continental llegando muy cerca de la línea de costa, con lo que los calamares se hacen visibles con relativa frecuencia. También disponen de una gran pesquería para alimentarse. El moderno incremento del esfuerzo de pesca ha provocado que cada vez se faene a mayor profundidad y que se empiecen a explotar nuevos caladeros, acercándonos así al hábitat del calamar gigante. Asimismo se ha intensificado el esfuerzo científico por recoger el mayor número posible de registros. En Asturias, concretamente en Luarca, CEPESMA creó el único museo del mundo dedicado al calamar gigante, con más de veinte ejemplares.
en la actualidad los investigadores siguen buscando el calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni) el más grande de los calamares ―se supone que puede llegar a alcanzar los 40 metros de longitud―, que habita en los climas más fríos del planeta. Hasta el momento tan solo se han logrado documentar seis ejemplares de este monstruo de la Naturaleza.
última hora:
un calamar gigante, filmado por primera vez en el fondo marino (El País, 8-1-2013)
los secretos del calamar gigante salen a flote (ABC, 20-3-2013)
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