martes, 5 de junio de 2012

en Londres con Dickens (2 de 2)


al norte de la calle Fleet está el Lincoln’s Inn ―sede de una de las asociaciones jurídicas―, al cual se puede llegar desde la calle de la Cancillería por la puerta Tudor, por el mismo camino que siguió Esther Summerson en La casa lúgubre. Puede que en una tarde invernal la escena todavía sea parecida a la que vio Dickens: luces que «asoman entre la niebla en diversos puntos de la calle. La mayor parte de las tiendas, iluminadas dos horas antes de lo corriente. La desapacible tarde es más desapacible, y la densa niebla más densa en las proximidades de ese viejo obstáculo con techo de plomo, apropiado ornamento para el portal de una vieja institución también coronada de plomo: el Temple Bar. Y detrás del Temple Bar, en Lincoln’s Inn Hall, en el mismo corazón de la niebla, se halla el ministro de Justicia en la Sala del Alto Tribunal».


si bien Dickens nació en Portsmouth, en la costa sur de Inglaterra, y murió en su casa de Gad’s Hill Place en Kent, pasó la mayor parte de su vida en Londres, donde tuvo treinta y dos alojamientos diferentes. Uno de ellos fue la posada Furnival, una destartalada casa donde vivían muchos juristas. Estaba situada en Holborn, una animada vía paralela a la calle Fleet. Cuando Dickens se instaló allí era un escritor novel, famoso ya, aunque no por su propio nombre sino por el seudónimo «Boz», con el cual había publicado sus populares Ensayos. No bien obtuvo el primer encargo de consideración, se casó con la hermosa Catherine Hogarth y la llevó con él a esta posada. Mary, hermana adolescente de su esposa, fue también a vivir con los recién casados. Cuando nació el primero de los diez hijos del matrimonio, la familia se trasladó a una casa de doce habitaciones situada en Doughty 48, en el tranquilo barrio de Bloomsbury, casa que es ahora un pequeño museo dedicado a Dickens.


enfrente de Furnival había otra posada llamada Staple, edificada seis siglos antes, y cuyos irregulares muros de medio enmaderado se proyectan sobre la acera. Esta casa fue utilizada por el escritor en su última novela, El misterio de Edwin Drood. Un poco más hacia el oeste está otra residencia de juristas, el Gray’s Inn, donde David Copperfield paró cuando visitó a su alegre condiscípulo Tommy Traddles, ya entonces abogado, que vivía allí.


la sensacional escuela de niños rateros de Fagin estaba en una ruinosa callejuela llamada Saffron Hill, que desemboca en Holborn. En la luz fría del atardecer, Saffron Hill todavía parece siniestra. Es fácil compartir el terror del pequeño Oliver cuando el Trampista Artero lo llevó a la guarida de Fagin. «Jamás había visto un lugar más sucio y miserable. El aire hedía. Había en esa calle muchas tiendas pequeñas, pero las únicas que parecían prosperar en medio de la general decadencia eran las cantinas».


Holborn, lo mismo que la calle Fleet, lleva hacia la City, centro financiero de Londres, donde todavía existen edificios pequeños y oscuros como aquel en que Scrooge tenía su despacho. Finalizamos este recorrido en el mercado de Leadenhall, donde Scrooge, transformado por influencia de la Nochebuena, compra un gran pavo para su pobre empleado Bob Cratchit. El mercado aún se adorna en Navidad con acebo y muérdago, y conserva la misma abundancia y algabaría que el novelista describiera.


más información:
un magnífico plano del Londres de Dickens
Charles Dickens Museum
del pub a la prisión, el Londres de Dickens (BBC)
Charles Dickens' London: A Photo Tour
Great Dickens Christmas Fair

primera parte: en Londres con Dickens (1 de 2)

ronronea: claudia

7 maullidos:

Juli Gan dijo...

Me he leído los dos posts del Londres de Dickens (Que ayer no paré por el ordenador)Muy bueno. Siempre he pensado que Dickens era un poco plañidera, pero no me extraña si casi toda su vida malvivió como el resto de los pobres. Me ha encantado el paseo.

Lucía_lamiradadeluci dijo...

Muchas gracias preciosas por el post. Me encantan las fotitos.
Un beso

ESTOY DE SORTEO: http://lamiradadeluci.blogspot.com.es/

Anónimo dijo...

Todo aquél que conoce Londres ha podido pasear mentalmente por los lugares que describes. Sus relatos dan fe de la paupérrima vida que llevaban sus ciudadanos, los museos que hablan de la época son desagradablemente realistas y sólo pensarlo eriza la piel porsu sordidez, suciedad y violencia. Pero está es la imagen de la soberana Gran Bretaña...

Hablando d libros, este 2012 es el año conmemorativo de Dickens por lo que podemos encontrar rendición en cualquier punto de venta de libros y incluso sí hay suerte encontrar algún "original"

Besos y niebla

Anónimo dijo...

Apuntada queda la ruta, tan sólo es cuestión de tiempo, que ganas ya hay... :D

claudia dijo...

Juli Gan, eran otros tiempos, otra mentalidad más condescendiente.. quizá tengas razón, quizá desde una óptica contemporánea Dickens pueda parecer, en algunos momentos, un poco afectado

Lucía, las que tú tienes, guapa :)

rubia, Londres tiene su sordidez pero también su grandeza, como toda ciudad con historia. Con respecto a la caza de libros, con el bicentenario de Dickens se han disparado los precios. Por ponerte un ejemplo, si quieres comprar las Obras Completas como se debe (Aguilar, 1948-1952, 6 tomos) ahora mismo están rondando en el mercado los 400-600 EUR.

desdevaladilene, todo llega, cuando vayas mira bien a tu alrededor, que igual hay algún gato con bombín y paraguas cerca :)

ISABEL dijo...

Ainsssssssssss, como echo de menos Londres, mi ciudad favorita.
Por supuesto que he visitado la "zona" de Dickens, pero tu post es superior a mi recuerdo.

Otra zona, y casa, que me gusta mucho es la de Freud. Siempre me quedo mirando como una idiota el famoso diván. ¿significará algo?


ISA

http://www.libros-literatura.com/

claudia dijo...

Isa, cuando estaba refrescando la información, me encantó encontrar este completísimo plano del Londres de Dickens. Sobre lo demás, te comentaré que cuando visité el museo de Freud estaba muy sorprendida al enterarme que conoció a Dalí en Londres, e incluso el pintor llegó a hacer algún bosquejo de Freud. Si te interesa el tema no te pierdas este vídeo, no tiene desperdicio: Dali meets Freud

besos,