Madame Toussaud, que llegó a ser calificada como «la más grande directora de museo de Inglaterra», era hija de un matrimonio suizoalemán, de apellido Grosholtz. A la edad de seis años se trasladó a París para vivir con su tío, el doctor Philippe Curtius. Cuando era estudiante de Medicina en Berna, el tío Philippe había aprendido anatomía modelando miembros y órganos humanos en cera coloreada. Para entretenerse hacía figuras de cera tomando como modelo a sus amigos. Estas figuras llamaron de tal modo la atención que al fin le persuadieron de mostrar su colección al público.
las obras del doctor Curtius se pusieron de moda. Entre sus patrocinadores llegaron a contarse Luis XVI y su hermana la princesa Élisabeth, que tenía la misma edad de Marie Grosholtz. Las dos jóvenes se hicieron muy amigas, y al cumplir los 19 años, Marie fue a vivir a la corte de Versalles como secretaria y confidente de Isabel. También ayudaba al tío Philippe, bajo cuya tutela se convirtió en una escultora de talento. Era tal su fama a los 22 años que cuando Benjamin Franklin, primer embajador de los Estados Unidos en Francia, visitó el estudio, posó para ella y no para el tío Philippe.
al estallar la Revolución Francesa en 1789, el doctor Curtius se trasladó a Maguncia con el cargo de enviado extraordinario de la República. Pero Marie, figura bien conocida en la corte, fue encerrada en la prisión de La Force, donde la rasuraron el cabello para ser conducida a la guillotina. Mientras aguardaba la ejecución se la obligó a modelar los rostros de los ajusticiados, sobre sus cabezas traídas de la guillotina. Cuando Charlotte Corday apuñaló a Marat en el baño, Marie fue conducida apresuradamente a la escena del crimen, antes que se enfriara el cadáver. La figura de cera de Marat, fundida en el molde original tomado por Marie, se encuentra hoy en una réplica de la auténtica bañera, en el Museo Tussauds de Londres, así como las mascarillas de Luis XVI, María Antonieta y otras víctimas de la Revolución Francesa.
al finalizar el período del Terror Marie obtuvo la libertad. El tío Philippe había fallecido ya, dejándole por toda herencia un montón de deudas. Reabrió su estudio y a los 34 años se casó con François Tussaud, un ingeniero francés. Juntos dirigieron el museo, pero el negocio andaba mal, y después de unos pocos años se llevó a uno de sus dos hijos y parte de su colección de figuras de cera a Londres, dejando a François encargado del museo de París. Este quebró, y Marie no volvió a saber nada de monsieur Tussaud.
la primera exposición de Marie en el Lyceum Theatre de Londres fue un gran éxito, y durante los próximos 32 años el «Museo de Ceras de Madame Tussaud» recorrió triunfalmente, en brillantes carretones pintados, las Islas Británicas. Al cumplir los 74 años, Marie se estableció definitivamente en Londres, en un edificio abandonado que había sido antes cuartel. El edificio no estaba en una calle de moda, pero ella la hizo tan famosa que Conan Doyle la escogió como residencia de Sherlock Holmes. La ubicación actual del museo, en Marylebone Road, fue adquirida en 1884. A los 81 años, Marie puso el negocio en manos de sus hijos.
y una curiosidad: durante muchos años se ha rumoreado que Tussauds ofrece pagar una recompensa a cualquiera que pase la noche en soledad en la Cámara de los Horrores de Londres. Al parecer, nadie lo ha logrado hasta el momento.
ronronea: claudia
8 maullidos:
Me decepcionó un poco visitar el Museo hace ya unos cuantos años. Supongo que en sus orígenes las figuras serían más "precisas" de lo que son ahora.
De todas formas no cabe duda que creó escuela: creo que no hay país que no tenga su museo de cera.
Y desde luego es visita obligada para los que van por primera vez a Londres.
Como siempre: una historia exquisita.
ISA
www.sopasyletras.com
No sé por qué las figuras en cera siempre me resultaron un poco siniestras... y después de este artículo creo que un poco más (no imagino castigo más cruel para una artista que tener que plasmar la muerte involuntariamente).
Muy interesante la entrada.
Un besote
ESTOY DE MINISORTEO:http://lamiradadeluci.blogspot.com.es
A mí me gustó ese museo sobre todo en la parte dedicada a la Batalla de Trafalgar donde te introduces en la réplica de una cañonera. Fue una mañana bien aprovechada en Londres ya que poco antes visité el museo dedicado a Sherlock Holmes en el cercano 221-B de Baker Street. Sí, todo muy de turista pero allí lo hacen con gracia. Besos. Borgo.
fascinante ese mundo tan peculiar de los museos de cera...para siempre asociados a esa película tan terrorífica de André de Toth!!
Un abrazo, queridas mininas!!
Los muñecos de cera siempre dan algo de yuyu. Es como si en ellos se insertase algo del espíritu de la persona. No creo que nadie logre la hazaña esa de la cámara de los horrores.
Besos.
mientras terminaba de ver el video le comentaba a carina que aquel museo tiene un "toque" espeluznante, y ella me dijo que la vez que fue (hace más de veinte años de eso)que no le gustó demasiado.
no me extrañaría que allí penen.
un beso.
Isa; a mi tampoco me gusta excesivamente el museo en sí, pero la historia de madame Tussaud me parece fascinante, un personaje tan londinense como Sherlock Holmes o Jack el Destripador pero mucho menos divulgada, probablemente por la carga política de su biografía.
Lucía; por lo menos pudo salvar la vida gracias a sus habilidades.. es lo que tienen las revoluciones, pasan con tremenda facilidad de los bonitos ideales a los hechos atroces.
Miquel; ¡me encanta la tienda debajo de la casa de Holmes! intento pasar por allí cada vez que piso la ciudad, y siempre cae algún libro. El último, London, A Sinister City una revisión del Londres más siniestro (vale, lo reconozco, tengo un punto morboso)
Tirador; supongo que te refieres a Los crímenes del museo de cera, ¡una de las películas más terroríficas que he visto en mi vida! tuve pesadillas durante un tiempo, la idea de modelar figuras de cera usando un cadáver humano tiene algo que me revuelve en lo más profundo..
Signum; sospecho que se trata de una leyenda urbana. De ser cierto creo que habría una larga cola tan solo para intentarlo, que no hay peor terror que el de un estómago vacío (bueno sí, uno, el del hambre de la familia)
Draco; tampoco me extrañaría que las noches del museo se llenaran de almas en pena, esa atmósfera tan siniestra lo fomenta.
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