martes, 16 de marzo de 2010

para adorar lo que he quemado



Hay libros que se leen sentado en una tablilla
ante un pupitre de escolar.
Hay libros que se leen caminando
(también a causa de su tamaño);
unos son para los bosques, otros para otros campos,
Et nobiscum rusticantur, dice Cicerón.
Los hay que leo en diligencia;
Otros acostado en el fondo de los trojes de heno.
Los hay para hacer creer que se tiene un alma;
otros para desesperarla.
Hay algunos en los que se demuestra la existencia de
Dios, otros en los que no se puede llegar a ello.

Hay libros que no se admitirían
sino en las bibliotecas particulares.
Los hay que han sido elogiados
por muchos críticos autorizados.
Hay libros en los que no se trata sino dé apicultura
y que algunos encuentran algo especializados;
otros en los que se trata de tal modo de la naturaleza
que luego no merece la pena pasearse.

Hay libros que desprecian los hombres sabios,
pero que excitan a los niños.

Los hay que se llaman antologías
y en los que se ha puesto todo lo mejor que se ha dicho
sobre no importa qué.
Los hay que desearían haceros amar la vida;
otros después de escribir los cuales el autor se ha
suicidado.
Los hay que son queridos como hermanos
y recogen lo que han sembrado.
Los hay que, cuando se los lee, parecen resplandecer,
llenos de éxtasis, deliciosos de humildad.
Los hay que son queridos como hermanos
más puros que nosotros y que han vivido mejor.
Los hay en extraordinarios caracteres
y que no se comprenden ni siquiera cuando se los ha
estudiado mucho.

Natanael, ¡cuándo habremos quemado todos los libros!

Los hay que no valen cinco centavos,
y otros que valen precios considerables.
Los hay que hablan de reyes y de reinas,
y otros, de personas muy pobres.
Los hay con palabras más dulces
que el rumor de las hojas al mediodía.
Hay un libro que comió Juan en Patmos,
como una rata; yo prefiero las frambuesas.
Eso le llenó de amargura las entrañas
y luego tuvo muchas visiones.

Natanael, ¡cuándo habremos quemado todos los libros!

(André Gide)

ronronea:
naia

6 maullidos:

Isabel dijo...

Lo importante es leer, en cualquier sitio, y cualquier libro, bueno, si es un buen libro, mejor. ¿Natanael, el apostol?.
Un beso guapa

Ico dijo...

precioso poema para cualquier columna de biblioteca o en una pequeña libreria.. Por cierto, tengo pendiente "los monederos falsos " de Gide, se sabe más de su vida que de su obra... quizás porque fue un gran vividor.. un beso..

PATSY SCOTT dijo...

Precioso poema de Gide.

naia dijo...

hola isabel;
Natanael, el discípulo de Gide, su lector..

besos,

naia dijo...

hola ico;
si no lo leiste todavía, te recomiendo Los alimentos terrestres y los nuevos alimentos

besos,

naia dijo...

precioso patsy, realmente lo es :)

besos,