las olas

entre las gentes del mar existen numerosas creencias relacionadas con las olas y su origen. De acuerdo con algunas de ellas, éstas serían el resultado del movimiento voluntario del mar, al que se considera como un ser vivo. En la Antigüedad se creía que los dioses dominaban el oleaje. Así entre los griegos y latinos era Poseidón quien levantaba y apaciguaba las olas. Los antiguos escandinavos, para quienes las olas eran hijas de la diosa Rana, creían que los movimientos del mar eran producidos por dioses o poderosos espíritus. Thor lanzaba las olas contra los acantilados y hacía surgir los remolinos entre los huecos de las rocas.

en Portugal se cuenta que las olas son el resultado de un castigo celeste. Las aguas del mar están condenadas por dios al movimiento constante. Sin embargo, no pueden escapar de su lecho gracias al poder de las llaves, una dorada y otra negra, que lleva San Pedro en la mano.

también se cree que el sonido de las olas puede presagiar determinados sucesos. Así, en la costa de Cork se cree que cuando las olas rugen con gran estruendo este sonido debe interpretarse como el presagio de la muerte de un gran hombre. En Bretaña se piensa que el tumultuoso ruido de las olas no es sino el grito de muchos hombres ahogados que se agitan sin descanso al no haber sido hallados sus cuerpos y enterrados en tierra consagrada. Creencias semejantes existen en Escocia.

asimismo, el número de olas es objeto de diversas supersticiones: se cree que las olas se mueven con una determinada regularidad y muchos marinos atribuyen varias propiedades y poderes a la tercera, la novena y la décima ola. En Bretaña se dice que cada tres olas una es mayor que las otras y produce un ruido mucho mayor. También en Finisterre comparten esta creencia. En Escocia se cree que durante una tempestad las tres primeras olas son las más fuertes y violentas y la cuarta es en comparación más débil y menos peligrosa. Esta sucesión de olas es llamada «la rueda de las olas».

ronronea: levina