martes, 3 de febrero de 2009

el paraíso de los bosquimanos



en el África Sudoccidental, al borde del desierto arenoso que se extiende entre las bahías de Walvis y de Lüderitz, existe un trecho de aproximadamente 400 km sembrado de los restos de barcos que naufragaron. Se trata de una región tan desolada, y el agua es tan difícil de encontrar, que los buscadores de diamantes y las tripulaciones de los barcos han perecido allí a docenas.

según se cuenta un soldado alemán, cuando este territorio pertenecía a Alemania, perdió contacto con su patrulla durante una tempestad de arena. A punto de morir, lo encontraron unos bosquimanos y le llevaron a su oasis secreto. Allí vio diamantes en grandes cantidades. Hasta los niños jugaban con hermosas piedras relucientes de color blanco azulado. Había también gran abundancia de agua.

el alemán pudo escapar y volver a la civilización. Más tarde consiguió la licencia del ejército, juntó dinero y fue en busca de su «paraíso de los bosquimanos». Lo encontraron semanas después, con el corazón atravesado por la flecha envenenada de un bosquimano. Llevaba en el bolsillo un mapa donde estaba marcado el camino que conducía al tesoro y varios magníficos diamantes en bruto.

ronronea:
wanderlust

7 maullidos:

Isabel dijo...

Pues si llevaba el mapa, chungo, después de atravesarle el corazón, deberían haberle metido el mapa por el culo.
Un beso

without dijo...

Pagó por el infierno,es vez de vivir en el cielo.

Besos pulidos

Raúl dijo...

Buf... es que era muy tentador XD

Sebas dijo...

Demasiado tentador...

Anónimo dijo...

hola isabel;
perdón, me he perdido algo.. ¿por qué habría que meterle al pobre hombre el mapa por (ejem)?

besos,

Anónimo dijo...

hola without;
en palabras de Wilde, ir al cielo es fácil.. es el infierno que requiere extravagantes sacrificios

besos,

Anónimo dijo...

hola julián, sebas;
otra cita de Wilde: «la mejor forma de librarse de la tentación es caer en ella»

besos,