domingo, 24 de febrero de 2013

fantasmas en la tradición japonesa




la concepción japonesa del mundo sobrenatural, de los espíritus que regresan del más allá, es muy amplia. Los fantasmas japoneses apartados de la pacífica vida que tenían debido a una muerte trágica, como un suicidio o cualquier otra circunstancia dramática, se llaman yūrei. Cada tipo de yūrei se identifica con un nombre distinto. Por ejemplo, ubume es el espectro de una madre que falleció durante el parto o dejando niños pequeños. Las ubume se manifiestan siempre intentando recobrar a ese niño perdido, un poco en el estilo de la llorona de las leyendas hispanoamericanas. Si hablamos de un goryō nos estamos refiriendo a un espectro vengativo, perteneciente a las clases aristocráticas, en especial aquellos que fueron martirizados. Funayūrei son los fantasmas de aquellos que perecieron en el mar. También están los fantasmas seductores, muy característicos del manga japonés, espectros masculinos o femeninos que después de su muerte inician un romance con un ser humano vivo, desplegando todo su artificio fantasmal y seductor para llevárselo consigo a su otro mundo. Los fantasmas guerreros murieron en combate, en sangrientas batallas, y todavía permanecen en los campos donde cayeron.

de entre toda esta parafernalia fantasmal mis favoritos son los tsukumogami, objetos cotidianos ―como una tetera, unas sandalias de paja o un tarro― que tienen más de cien años. Según la tradición, en el momento que cumplen cien años los objetos comienzan a adquirir una especie de vida animada o sobrenatural, comportándose con los humanos en función del trato que hayan recibido durante todo el tiempo que estuvieran inanimados. Según su forma y su función el espíritu cobra distinta apariencia, y recibe un nombre diferente. Por poner un ejemplo, los paraguas viejos se reaniman como karakasakozou, al paraguas le crecen dos brazos, un ojo y una larga lengua, y empieza a moverse saltando sobre el mango como si fuera una pierna.

lo normal es que los tsukumogami adquieran un toque perturbador, pero también pueden tomar una forma agradable, simpática, de esas que te enternecen y les tomas cariño hasta que un día haces algo que les ofende, y te pegan el susto. Los tsukumogami suelen tener por naturaleza un comportamiento inofensivo, pero si un ser humano los trata de manera indecorosa, por ejemplo tirándolos a la basura ―que es el mayor insulto que se les puede hacer― se vuelven vengativos, pues sienten herido su honor. Como si los objetos tuvieran sentimientos y le estuvieran reprochando a su dueño no haber sido respetuoso con ellos, como ellos lo han sido previamente dando un servicio. ¿Y cómo se vengan un paraguas o unas zapatillas? Pues probablemente de las formas más terribles e insospechadas.

P.D. el colmo de la desdicha: ser japonés y heredar de un abuelo centenario con síndrome de Diógenes

para ver más:
leyendas urbanas y fantasmas japoneses (20 minutos)
la mujina, relato con receta (borgo)

ronronea: naia

25 maullidos:

dintel dijo...

Entrar aquí, en este espacio, es siempre aprender. Genial.

TORO SALVAJE dijo...

Acabo de hacer un rápido inventario mental y no he identificado nada con más de cien años.

Claro que yo lo tiro todo.

Besos.

Lenteja dijo...

Ahora me explico mi querencia a los ancestros y el estado de mi salón... ;)
Besos.Lenteja

miquel zueras dijo...

Muy interesante. Los japoneses tienen mucha tradición sobre leyendas conn fantasmas. El pasado 22 de mayo publiqué en mi blog "La Mujina" un relato sobre un espectro japonés que aparece como una mujer sin rostro. Saludos y maullidos. Borgo.

Chelo dijo...

Cuanto aprendo en tu blog.
Me ha gustado mucho lo del
síndrome de Diógenes
Un abrazo

UTLA dijo...

Hola maslama,

Hasta que extremo llevan los japoneses el respeto.

Es curioso lo de los objetos, ¿ que mensaje oculto hay en esta antigua tradición ? ¿ trata bien a las cosas, sino las cosas se volverán contra ti ?

Que bueno lo del paraguas!!

Un abrazo maslama y un ronroneo.

DRACO dijo...

con relación a lo sobrenatural, la cultura japonesa es muy creativa.
besos.

Rosana Martí dijo...

Una entrada de lo más interesante.

Besitos y feliz semana.

PD: Puedes llevarte todo lo que quieras, estás siempre en tu casa guapa.

Kate Walker dijo...

...y este pasado sábado tocó limpieza en el desván...

La Kate haciendo memoria...

PD: una vez mas, las gatas nos enseñan.

Lucía_lamiradadeluci dijo...

¡Con el miedo que me dan a mi los fantasmas! Incluso si son objetos :P
Yo también he hecho inventario y creo que tampoco tengo nada de más de 100 años (por ahí nos vamos a escapar).
Muy ingeniosa la posdata, todavía sonrío XD
Un besote

kelmostarin dijo...

Estimada Amiga Maslama:


La concepción de los fantasmas japoneses es muy curiosa. Basta ver lo perturbadoras que resultan determinadas imágenes del cine japonés de terror, tan cotidianas y a la vez tan inquientantes. Por otro lado ¿es necesario tener cien años para ser un tsukumogami? Lo digo porque estoy seguro de que mi coche, que no es tan viejo, ha desarrollado algún tipo de personalidad propia, sus propios gustos y aversiones... a veces hasta tengo que rascarle el asiento trasero para que se ponga contento...

;)

Amapola Azzul dijo...

Bueno, las costumbres orientales, y su filosofía tienen un encanto especial...

Estamos en occidente a años luz.

Besos y gracias por esta entrada refrescante.

Abrazo.

Amapola Azzul dijo...

La verdad y en secreto,me agobiaría mucho heredar un síndrome de diógenes de alguien, sea familia o no.


Besos.

Ico dijo...

jjaja ... muy bueno.. en todas las culturas existen estas tradiciones de fantasmas.. interesante siempre..
besos

Mascab dijo...

jajajaaj Naira, me has divertido (además de instruído), con esta entrada tan fantasmal. Sobre todo con el tema de la herencia diogesiana jajajaj.

Jopetas!, cuando se me caiga un paraguas sin querer, procuraré darle cariñitos...no vaya a ser que al cumplir cien años (menos mal que no lo veré), ande por ahí golpeando a mi progenie....jajajaja

ronroneos de alegría y diversión para toda la gatera!!

natsnoC dijo...

Los japoneses tienen una variedad de términos para cualquier ámbito que es alucinante. Por ejemplo, en el manga se distinguen los personajes femeninos de manga para adolescentes, los de manga para adultos, los de manga erótico para adultos, los que son de una grupo de chicas, los que son de un grupo de chicos, los que son pareja, los de poderes sobrenaturales, los tecnológicos, ... Cada uno con su témino. Tu no te compras un cómic (o manga) sino un loqueseaquedescribesucontenido.

Interesante lo de los fantasmas, no lo conocía.

Maeglin dijo...

Más les valdría a Buzz Lightyear y a Woody dejarse de sentimentalismos y pasarse a los tsukumogami. ;-)

Rosa de los Santos dijo...

jejejeje ¿ y quien no los tiene? besoss

naia dijo...

dintel, y sigo diciendo que para mi el blog es sencillamente un entretenimiento, sin mayores pretensiones :))

Toro, estoy convencida que los objetos tienen su propia vida, y con el tiempo probablemente personalidad. ¿Tan seguro estás que todo lo que te rodea es por completo inanimado?

Lenteja, un espacio lleno de recuerdos es un espacio vivido, intensamente propio

Miquel, me gusta mucho el post que mencionas, lo he incluido al final como una vía para seguir leyendo más sobre el tema

Chelo, te voy a hacer una confidencia personal: una señora, que para mi fue una segunda madre, falleció padeciendo este síndrome. Sus obsesiones eran los libros, el papel en general, el teatro, la moda. Enfrentarse a lo que dejó fue impactante, como una cacofonía de experiencias y emociones. Todo se lo llevó la muerte, y mucho el chatarrero

SBP, sinceramente no sé si esta tradición transmite o pretende transmitir un mensaje oculto. Para mi sí contiene una lección, que todo (absolutamente todo) lo que nos rodea, por banal que pueda parecer, tiene un impacto sobre nuestra vida

naia dijo...

Draco, sospecho que todas las culturas están repletas de fantasmas, son las pesadillas de la razón, lo que queda cuando cae la noche y nuestra realidad se desdibuja

Rosana, gracias guapa, entro en tu casa virtual con la confianza que da la amistad :)

Kate, dicen que el desván es un lugar interesante en la niñez, inquietante en la juventud y doloroso en la madurez

Lucía, el miedo a los fantasmas es el miedo a la propia muerte

jajjjajaj Chuan, confío que tu coche sea un riguroso cumplidor de las tres leyes de la robótica, de lo contrario al primer desacuerdo te vas a ver como Jonás dentro de la ballena

Amapola, este tipo de tradiciones vienen del sintoísmo. En el sintoísmo existen multitud de espíritus, tanto de lo visible como de lo invisible. Los antepasados, las montañas, los ríos, los objetos, todo lo que puedas imaginar posee un espíritu propio

naia dijo...

Ico, es interesante las formas que adquieren los espíritus en cada cultura. En la cultura japonesa encuentro una connotación de deuda, de deuda con todo lo que nos rodea, como si todo nos fuera prestado y nos hiciera un servicio al que no está obligado

jeje Mascab, existen ritos específicos para desagraviar a los espíritus. Si alguna vez tú o tu familia sois agredidos por una cafetera o una zapatilla avísame, y te cuento más

natsnoC, desde una perspectiva estructuralista el lenguaje define nuestra percepción de la realidad. La realidad de las sociedades tradicionales estaría limitada a la propia experiencia de vida, en un entorno inmediato sin la distorsión de los mass media, pero sería intensamente minuciosa en los detalles. Ejemplos conocidos, los cientos de términos quechuas para definir tipos de patatas; lo mismo para los tonos de blanco de los inuits o para los tonos verdes de las poblaciones autóctonas del Amazonas. Desde este punto de vista, la combinación de tradición y modernidad de la sociedad japonesa resulta sencillamente fascinante

jajjaajj Maeglin, para los niños todo está animado, todo tiene personalidad e incluso es capaz de sufrir dolor. Quizá cuando nos hacemos mayores perdemos cierta sabiduría primordial, quizá esa razón que rige nuestras vidas sólo es una pobre defensa para realidades mucho más grandes y tenebrosas

Rosa, ¡qué alegría verte de nuevo por aquí! sobre los objetos centenarios y eso, cierto que son más habituales de lo que se podría pensar. Otro tema es su estado anímico, y su grado de satisfacción con el trato recibido :)

natsnoC dijo...

¿Puedo aplaudir? Lo que me ha fascinado es tu respuesta, naia.

naia dijo...

natsnoC, sonrío y me siento un poco abrumada, porque la vía que has planteado es de verdad muy interesante, independientemente de mi respuesta. La sociedad japonesa es una sociedad isleña, que se desarrolla aislada durante siglos, en un entorno muy limitado y por lo tanto extremadamente competitivo. Cuando supera sus límites geográficos, esa competitividad estalla contra los países colindantes de manera compulsiva, con desorbitadas pretensiones imperialistas sobre el resto del continente, y las maneras crueles propias de una competencia salvaje, sin cuartel ni compasión. E ingresa en la modernidad de esta misma manera, con una visión tradicional, muy sofisticada en un sentido de supervivencia (y preeminencia), y un mundo para conquistar

Sandra Sánchez dijo...

Me encantan estas historias y leyendas! Siempre interesantes!
Saludos!!

naia dijo...

jeje comparto tu gusto por las historias, y muy especialmente cuando llevan cierta carga de ironía y poca o ninguna moraleja, como ésta