el libro es el producto final de una singular conjunción de esfuerzos realizados, con mutua independencia, en los más distantes rincones del globo. Es como si toda la Humanidad hubiera acordado crearlo. Los chinos nos legaron el papel. Fenicia produjo nuestro alfabeto. El formato del libro fue inventado en Roma, y el arte de imprimir con tipos móviles nació en Alemania. Gran Bretaña y Estados Unidos perfeccionaron la producción masiva.
al principio, sólo había la palabra hablada. Luego, para transmitir sus pensamientos en el tiempo y en el espacio los seres humanos comenzaron a dibujar figuras representativas de las cosas. Quizá la pictografía portátil más antigua se realizó hace unos seis mil años en Mesopotamia. Sus imágenes ―ave, buey, espiga de cebada― eran grabadas en blandas tablillas de arcilla, que luego se cocían para endurecerlas y poder así conservarlas. Pero semejante escritura era un trabajo arduo, empleado principalmente para documentos religiosos y archivos públicos. Toda la «literatura» existente entonces ―como la poesía épica― dependía casi completamente de la tradición oral. Poco antes del comienzo del siglo XV a.C., los fenicios comenzaron a descomponer los sonidos del habla en sus elementos básicos y a combinar las «letras» resultantes para formar palabras. No tardaron los griegos en adoptar el alfabeto, los cuales dieron a las letras formas más convenientes y añadieron las vocales que aún faltaban.
el siguiente reto fue, ¿dónde escribir? El cuero, la corteza y las hojas de los árboles, así como las tablillas de cera, habían resultado insatisfactorios. En Egipto, hacia el 2500 a.C. los textos se inscribían en frágiles láminas hechas de la médula de una planta acuática del delta del Nilo, el papiro. El uso de este material se extendió gradualmente por todo el Mediterráneo. Por lo general, se pegaban varias láminas de papiro para formar un rollo en el que cupiera un texto largo (todavía se conserva un rollo de más de cuarenta metros de longitud que contiene el relato pictográfico de las hazañas de Ramsés III). Se cree que en la biblioteca real de Alejandría ―destruida en el siglo I a.C. por alguna desconocida catástrofe o hecho bélico― había no menos de setecientos mil rollos.
la relativa fragilidad del papiro incitaba a buscar algo que lo reemplazara. En la opulenta Pérgamo, situada en la costa de Asia Menor, los escribas registraban los textos en piel de oveja, cabra o ternero, especialmente preparada para tal función. Este fino y diáfano material para escribir, más fuerte que el papiro y plegable, llegaría a ser conocido con el nombre de pergamino. Poco después del primer año de la Era Cristiana, un desconocido escriba romano tomó un rimero de hojas delgadas de pergamino, las dobló y las ató por el margen correspondiente al doblez. Había nacido el libro. Durante el medievo europeo, un ejército de monjes, resguardados tras los muros de los monasterios, copiarán a mano en hojas fuertes de pergamino las rotas y desgastadas escrituras del pasado.
mientras, en la lejana China, según reza la tradición, un tal Ts’ai Lun, disgustado por el derroche de usar la costosa seda como material para escribir, comunicó al emperador Ho-ti que podía hacer una sustancia mucho más barata moliendo trapos, corteza de árbol y viejas redes de pescar hasta convertirlos en pulpa, de cuya parte superior se espumaban delgadas capas para luego secarlas. De este modo, en el año 105 de nuestra era, irrumpió el papel en la Historia.. para permanecer durante seis siglos como un secreto industrial celosamente guardado. Pero al fin unos merodeadores árabes capturaron un grupo de fabricantes de papel chinos, y así la tecnología se extendió por el resto del mundo.
el siguiente avance revolucionario se hizo en Europa. En 1439, un tenaz artesano alemán, Johann Gutenberg, pensó que si podía fundir las letras del alfabeto en tipos de metal autónomos, que pudieran ser usados repetidamente, formando con ellos palabras, líneas y columnas en una plancha de superficie lisa, una impresión de esta plancha constituiría una página. Podría imprimir en su «prensa» tantos ejemplares como quisiera, todos exactamente iguales. No sin dificultad, Gutenberg compuso las primeras planchas, cada una de ellas de más de 3.700 signos y letras. Utilizando una prensa de madera que había construido (inspirándose en la prensa de vino de Renania, de donde era oriundo) y que no experimentaría cambio alguno en los 350 años siguientes, elaboró en el plazo de tres años unas 190 copias de la Biblia.
con la extraordinaria invención de Gutenberg, los precios de los libros bajaron prácticamente de la noche a la mañana, un ochenta por ciento. Tan solo medio siglo después los principales países europeos, salvo Rusia, imprimían ya sus propios libros. En el siglo XVI se publicaron unos 520.000 títulos, 1.250.000 en el siglo XVII, dos millones en el siglo XVIII y ocho millones en el siglo XIX. En el año 2010, Google Books declaró que el total de títulos publicados en el mundo ascendía a 129.864.880.
ronronea: claudia
PARTICIPACIÓN DE BODA
Hace 18 horas
11 maullidos:
Gracias a todos ellos pues a fuerza de leer y leer desde bien pequeño he vivido mil vidas.
Besos.
Las Artes Gráficas; aunque en ocasiones busco el arte en algunos de los trabajos que caen en mis manos, es un gustazo participar en la elaboración de los libros…
Nada como el olor a tinta y resma desde por la mañana ;)
Hay que ver la evolución que ha sufrido la lectura. Pienso en un papiro y ahora me veo leyendo desde mi portátil. Sólo espero que nunca desaparezca el libro de papel.
Besos.
Claudia, qué te voy a decir hoy...¡Cuánto he disfrutado con esta entrada!
¡Mil gracias!
el soporte para leer cambiará a menudo según cómo los adelantos científicos se vayan dando; pero el acto en sí de leer jamás disminuirá.
un texto muy interesante y bien sintetizado.
un beso.
Q curiosa la historia. M gustan stos post :)
Toro, para mi ni mil vidas serían suficientes, ¡si supieras con cuanta ansia la apuro!
Desdevaladilene, sin dudas es un enorme privilegio tener ocasión de participar en el proceso de creación de un libro, en cualquiera de sus fases. Envidio sinceramente el olor de la tinta y del papel frescos en la mañana, una artesanía pura que por desgracia lleva camino de convertirse en rareza, o incluso de desaparecer
jejeje bien observado Javi, hay cierta ironía en esto de hablar de papiros a través del ordenador.. con respecto al futuro del libro, creo que la desaparición del libro de papel supondría un enorme retroceso; se perderían las artes del libro, sustituyendo un artefacto prácticamente perfecto, desarrollado por todo el planeta durante siglos, por otro de plástico, semi-autónomo, frágil y de corta vida
Lucía, si lo disfrutaste ya mereció la pena :))
Draco, hasta que Gutenberg inventó la imprenta y la industria tuvo capacidad técnica para producirlos masivamente, la lectura era privilegio de las clases dirigentes. Hoy en este país por 2 ó 3 euros se pueden encontrar ediciones de saldo o libros de segunda mano aceptables. El e-book, por el contrario, pide una inversión inicial significativa (en torno a 100 euros), más disponibilidad eléctrica para recargarlo, más ordenador y conexión, y encima, como todos los dispositivos electrónicos, está preparado para tener una vida corta (unos 5 años a lo sumo) y que haya que cambiarlo regularmente, por aquello de alimentar el mercado. Otra ventaja (para la industria, claro, no va a ser para el consumidor) es que no permite el préstamo ni la donación, pues si lo das pierdes la opción de leer toda tu biblioteca virtual. Todo apunta a que, si se llega a imponer por completo el e-book, desde luego se seguirá leyendo, pero sólo las clases pudientes, como en la Edad Media. Que nadie se rebele ante todo esto sólo demuestra una vez más lo aborregados que estamos, y de paso lo poco que importa el futuro de la lectura fuera del ámbito del puro consumismo
Sra., gracias por dejar huella de su paso, a Vd. y a tdxs, me estimula para seguir escribiendo
Muy buen resumen pero me he quedado plof al llegar a las cifras d goole...
ISA
Acabo de ver que habéis puesto la foto del gato en el lateral del blog y con un enlace a Pasatiempo y todo, Muchisimas gracias. Un abrazo
Isa, ¡tan solo una vida, y tanto por leer! :))
¡pues claro Chelo! las dos fotos me hicieron muchísima ilusión, es todo un detallazo acordarse de las gatas, y molestarse en enviarlas
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