Les Diableries son una serie de tarjetas estereoscópicas publicadas en París entre 1860 y 1900. Su originalidad estriba en dos aspectos: temática y tecnología.
Les Diableries representan un mundo imaginario poblado de demonios, sátiros, ninfas y esqueletos, muchas veces presididos por Satán, y en su mayoría disfrutando de los placeres de la vida. Al parecer, se trataría de una sátira de la corrupción y los excesos del Segundo Imperio francés.
las escenas representadas en estas diablerías fueron esculpidas en barro, sobre una mesa, y posteriormente se fotografiaron con una cámara stereo. El resultado se imprimió en fino papel a la albúmina, aplicándose acuarelas en la parte posterior de las impresiones, y enmarcándose todo el conjunto en cartón grueso sin respaldo. El resultado ―preparado para ser visto a través de un estereoscopio― es una escena en tres dimensiones, que se colorea de manera sorprendente al encender una luz detrás.
los ojos de los esqueletos resaltan tanto contra la luz porque están perforados y rellenos con gel o barniz de color rojo y verde. Se puede ver un ejemplo interactivo aquí, o también pasando el ratón por encima de esta imagen:
por lo herético y subversivo de las imágenes, Les Diableries fueron publicadas de manera anónima. Se sabe que participaron en su ejecución Alfred Louis Habert, Pierre Adolfo Hennetier y Luis Edmundo Cougny. La serie original, que data de 1861, fue publicada originalmente por Benjamin Francois Lamiche, y adaptada y ampliada por el editor Adolph Block. Block llegó a publicar en total unas 72 tarjetas. Más tarde, un competidor de Block llamado Jules Marinier editará muchas más tarjetas, con la misma temática y calidad inferior. En la actualidad, las diablerías catalogadas no llegan a 150.
y una curiosidad bibliográfica: el único libro que se ha publicado sobre este tema es un volumen francés muy raro titulado La Vie Quotidienne Chez Satan à la Fin du 19e Siècle (Jac Remise, Balland, 1978). Se puede encontrar de segunda mano, con un precio que oscila entre los 300 y los 400 dólares.
EDITO para dejar este espectacular link sobre el tema, de la London Stereoscopic Company: http://www.londonstereo.com/diableries/diabs-series-A.html. Pulsando sobre los nombres de Les Diableries que aparece subrayados, se pueden ver excelentes reproducciones de las escenas a gran tamaño, y como se iluminan con un foco de luz detrás.
ronronea: levina
12 maullidos:
Muy chulas, ¿donde se compran? jejeje. Esas tienen que valer una pasta.
Besos.
Realmente fascinante y muy propio de finales del siglo XIX.
uouuuu!!! no tienen desperdicio!!! que buenas :D
por qué todo lo que me gusta es inmoral, es ilegal o engorda??? ;p
en verdad que es muy curioso e interesante no dejando también de tener su "toque" de hilaridad.
¡¡estos franceses!!
un beso.
Jo, lo que aprendo aquí no tiene precio.
Besos demoníacos.
jeje Signum, no son tan caras como pudiera parecer, lo difícil es encontrarlas: http://www.worldofstereoviews.com/diableriespage.htm
Pepe, este humor descreído y cierto gusto por lo grotesco tienen, en efecto, un inconfundible sabor fin de siècle
desdevaladilene, ya lo dijo Wilde mejor que nadie, «ir al cielo resulta fácil, es el infierno el que requiere enormes sacrificios»
Maravillosas. Lo que daría por tener sólo una. Mi abuelo tenía un visor como este y aún guardo algunas fotografías, la mayoría de ciudades europeas. Era curioso ver imágenes en relieve pero en color sépia. Besos. Borgo.
Draco, el infierno sin humor es un club muy exclusivo, únicamente se permite la entrada a los cristianos
Toro, los besos que merecen la pena sólo pueden ser demoníacos (o por lo menos un poco perversos)
Miquel, he dejado a Signum este link donde creo que se pueden comprar en red (http://www.worldofstereoviews.com/diableriespage.htm). Sería cuestión de pedir algún tipo de garantía de autenticidad (de ser posible), y también de prestar mucha atención al estado de conservación. Por cierto que he vuelto a revisar la página y parece que quedan pocas.. desde luego, una diablería sería un lujo en cualquier biblioteca particular, muchas veces estos lujos de la cultura dependen más del conocimiento que del dinero
besos,
Estoy en total desacuerdo con mi marido: no pienso comprarlas.
Aunque reconozco que originales, lo son (fíjate que incluso recordé, no sé muy bien por qué, algún pasaje del infierno de Dante).
Un beso
http://lamiradadeluci.blogspot.com.es/
Lucía, el coleccionismo tiene que salir del corazón, incluso hay quien dice que es el objeto el que escoge en realidad a su dueñx, y si no te llama no te llama, sin más :)
besos,
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