martes, 19 de junio de 2012

los juegos del Coliseo



gracias a las bondades de Hollywood, la palabra «Coliseo» evoca un circo donde los leones devoraban a dóciles cristianos mientras, desde la tribuna, Nerón dispensaba la muerte apuntando a tierra con el pulgar. Pues bien, en realidad Nerón ni siquiera oyó hablar del Coliseo. La primera piedra no se puso hasta cuatro años después de su muerte. Pocos eruditos defienden todavía que allí se haya martirizado a cristiano alguno. Y en todo caso ni los emperadores, ni los gladiadores, ni los cristianos hicieron referencia al «Coliseo», porque para ellos fue el Anfiteatro Flavio. El nombre de Coliseo no se le dio hasta el siglo VIII.

el anfiteatro Flavio fue llamado así porque lo construyó el emperador Vespasiano, miembro de la familia de los Flavios. Un año después de la muerte de Vespasiano su hijo y sucesor, el cruel Tito, invitaba al pueblo a las ceremonias de inauguración. Los juegos del nuevo emperador se iniciaron con luchas entre bestias: oso contra búfalo, búfalo contra elefante, elefante contra rinoceronte. Después, hombres contra bestias, y luego hombres contra hombres. Y así continuaron, ininterrumpidamente, del alba al amanecer, ¡durante cien días! Hay documentos según los cuales en esos cien días se sacrificaron cinco mil animales. No existen registros sobre las víctimas humanas, pero no cabe duda que ascenderían a centenares, quizá miles.


a partir de entonces, todo aquel que tuviera dinero suficiente podía organizar juegos, y era tan grande el prestigio inherente que mucho antes de que se abriera el Coliseo ya había 93 días de juegos al año. El programa normal era como el de Tito, aunque más modesto. Primero, con varios días de antelación, se distribuían carteles por la ciudad anunciando el nombre del patrocinador y los de los principales gladiadores, junto con la relación de sus hazañas. Al amanecer del día señalado, se sacaba a los animales de sus jaulas y se les encerraba en los cubiles bajo la pista. Después venía una procesión de carros encabezada por el patrocinador, al que seguían los gladiadores, vestidos con clámides de color púrpura bordadas en oro. Los gladiadores avanzan, levantan sus armas y exclaman: «Ave, Caesar, morituri te salutant».


los primeros números eran con frecuencia mímicos, y en éstos se combatía con armas de madera o acolchadas. Pero los encuentros principales de desarrollaban a muerte. Gritos de «habet» (¡ya es suyo!) saludaban una herida o una caída. Si al vencido le quedaban aún fuerzas, levantaba el brazo izquierdo implorando clemencia. Los pulgares en alto y una nube de pañuelos era señal de que se le concedía, al grito de «mitte» (¡dejadle ir!). Cuando los espectadores giraban los pulgares hacia abajo y gritaban «iugula» (¡mata!) el desgraciado era rematado. Mientras un grupo de esclavos rastrillaba la arena y otro, armado de ganchos, sacaba a rastras el cadáver por la Puerta de la Muerte, el vencedor corría a recibir una palma y bandejas de plata llenas de oro y joyas, y era admirado y adulado por la población al nivel de un jugador actual de fútbol.


los gladiadores se reclutaban principalmente entre esclavos, prisioneros de guerra o criminales condenados a muerte. En los duelos individuales el secutor (uno de los tipos básicos de gladiador) luchaba con el tórax desnudo. Llevaba un casco con cimera, un gran escudo y una espada corta (gladius, de donde viene el vocablo gladiador). Por lo común su adversario era un reciario, que no llevaba defensa alguna, pero estaba armado de una red para atrapar al secutor, así como de un tridente y de una daga para matarlo.


cualquiera pensaría que a los espectadores les interesaba la variedad de los combates, sobre todo cuando éstos se alternaban con novedades como un auriga conduciendo un tiro de panteras o un elefante escribiendo en la arena un cumplido para el emperador. Pero no, la muchedumbre pedía más y más sangre.. y sangre humana. A menudo el patrocinador tenía que ofrecer «el juego sin fin», en el que se hacía salir a la pista a latigazos a dos condenados a muerte, uno con las manos vacías, el otro armado. El hombre armado mataba al primero, sólo para verse desarmado y obligado a enfrentarse, inerme, a un tercero, y así sucesivamente, de modo inexorable.

en el año 404, un monje llamado Telémaco, horrorizado, saltó a la arena y trató de separar a los dos luchadores. El pretor que presidía la función hizo seña a éstos para que mataran al monje, y cumplieron la orden. El emperador Honorio, asqueado ante la crueldad de la escena, abolió permanentemente aquellos combates, si bien las luchas de animales se mantendrían todavía durante un siglo más, hasta el año 523, cuando el Imperio se hallaba ya privado de una parte considerable de su fauna mayor (Africa del Norte, de sus elefantes; Nubia, de sus hipopótamos; Mesopotamia, de sus leones).



y una curiosidad: al parecer también hubo mujeres gladiadoras, que luchaban con las mismas armas que los hombres. El término latino para ellas es gladiatrix. Algunas gladiatrices llegaron a alcanzar gran fama por su fiereza en el combate, como Achilia y Amazona, representadas en este bajorrelieve proveniente de Halicarnaso:


EDITO para incluir una información que, aunque no he cotejado, creo que merece la pena tener en cuenta. Procede de una comunidad de facebook bastante recomendable, llamada Humor, curiosidades y otras tonterías, donde se dice que el gesto para pedir la muerte era en realidad el pulgar extendido hacia arriba ―a modo de espada desenvainada―, mientras que el gesto para pedir la vida era con el puño cerrado y el pulgar oculto ―a modo de espada envainada―. Para leer la explicación completa pulsar aquí (es necesario loginearse en el face para ver los dos enlaces)

ronronea: claudia

11 maullidos:

DRACO dijo...

sí, es cierto; y aunque uno nunca pretendiera aprender historia a través de hollywood acepta algunas cosas de ella casi sin pensar. en cuanto al llamado coliseo creo haber leído que parte de él se hizo con los escombros o los restos del gran palacio de nerón. saludos.

Pepe Cahiers dijo...

Tremendamente interesante, y es que, de una forma u otra, siempre hemos necesitado pan y circo, para olvidar durante unos instantes las malas noticias.

Anónimo dijo...

Bendita civilización!

TORO SALVAJE dijo...

Hace tiempo que me pregunto si algo de lo que me han enseñado, de lo que leo, de lo que veo... algo es verdad?

miquel zueras dijo...

Muy interesante todo aunque Gladiatrix me suena a personaje del poblado de Astérix pero desconocía que existían. Por cierto que creo que hay una abundante colonia de gatos en el Coliseo. Besos. Borgo.

Anónimo dijo...

Es un placer leer cosas que lo sacan a uno de la ignorancia.
Un fuerte abrazo.

claudia dijo...

Draco, Hollywood es el mayor y mejor instrumento de propaganda que ha inventado la modernidad. Su versión naïf de la historia pocas veces es tan inocente como quiere parecer. Por lo demás, creo recordar que, en efecto, el Coliseo se levantó sobre un solar en el cual estaba parte del antiguo palacio de Nerón.

Pepe, que nos den pan, que con el pan ya pagará cada ciudadano su propio entretenimiento. Lo grave es cuando ocurre lo que ahora, circo sin pan, como se descuiden el público acabará comiéndose los leones.

Alson, ya ves que el tiempo borra la sangre, pero la piedra es un poco más resistente. Hoy admiramos el Coliseo por su grandeza y su antigüedad, sin más.

Toro, supongo que cada cual decide sobre su propia verdad, en la actualidad hay muchas entre las que escoger.

Miquel, al parecer la legislación gatuna es muy peculiar en Roma. Allí los gatos callejeros son una especie protegida (son considerados «bienes bioculturales»), está prohibido maltratarlos y llevárselos del sitio donde viven. La mayoría de los gatos callejeros de la ciudad viven en lso jardines, y entre las ruinas, por eso hay tanto gato.

Salvador, eres muy bienvenido a la gatera.

Mascab dijo...

¿Ves como siempre aprendemos algo en tu espacio?

Me ha encantado este post Maslama, y además, me voy sabiendo -nunca supe de ello, inculta de mi-, que también hubo -como no?, si serían de atracción mayor-, mujeres gladiadoras.

Fantástica entrada.

maslama dijo...

gracias Mascab, siempre eres muy amable con este blog :)

con respecto a las gladiatrix, últimamente estoy un poco sorprendida por la cantidad de mujeres que han destacado en combate, ignoradas por la historia oficial. A ver si me animo y escribo algo al respecto

Anónimo dijo...

Ave gata, la rubia te saluda!!!

Sangre y arena, el calor abrasador y el hedor a miedo inunda el recinto. Llegar a ser más grande que el emperador y conseguir la libertad, para formar parte del sueño llamado Roma... Con este post has tocado una de mis grandes pasiones: la Roma clásica.

La arena del s. XXI es el fútbol cambiándola por cesped. Pero el pueblo ruge igual al poner en juego una pelota. Que no hay pan, no importa, si tu equipo gana al contrario. No hay trabajo, no importa, en televisión tenemos la eurocopa y luego ya vendrán amistosos, pretemporada. Llegando un momento en el que la suerte del gladiador es envidiable.

Besos gladiadores

claudia dijo...

ave, rubia! completamente de acuerdo, los futbolistas son los gladiadores del siglo XXI. Aunque también te digo que con lo que ganan ya se podía soltar de vez en cuando un par de leoncillos hambrientos en el campo, sólo para dar un poco más de emoción al espectáculo