pocos misterios se han resistido con tanta obstinación al análisis de la ciencia moderna como el secreto de Antonio Stradivari, el famoso constructor de violines. Durante más de doscientos años, los artesanos han tratado de reproducir el incomparable tono, la sonoridad y la belleza física de los mejores instrumentos jamás producidos en Italia, y en el mundo. Pero nadie lo ha logrado plenamente hasta el momento, y por este motivo, un Stradivarius cuesta hoy una auténtica fortuna.
Estructuralmente hablando, un violín no es más que una caja de madera ―la parte superior por lo general de abeto, y la inferior de arce― que encierra parcialmente un volumen de aire, con cuerdas de metal o de tripa de oveja, unidas con alambre de plata o de aluminio y tensadas a lo largo de la cara superior del instrumento. Pero esto es como decir que la Mona Lisa es una serie de brochazos sobre madera de álamo. El particular sonido del violín depende de muchas variables: el tipo de madera, la forma del instrumento y la clase de tapaporos y barniz empleados.
Las herramientas y plantillas de Stradivari se conservan en un museo de Cremona (Italia), ciudad donde vivió y trabajó, pero su técnica de construcción continúa siendo un misterio. Nadie sabe como trataba la madera, o que clase de barniz usaba. Aunque de madera dura ―lo que da potencia al instrumento―, un violín de calidad requiere un alto grado de amortiguamiento ―atenuación de las vibraciones, por ejemplo mediante barniz― para suavizar y templar el tono. El problema es que si se hace un violín con buen amortiguamiento, se pierde potencia. Si se prescinde del amortiguamiento, se obtiene un tono fuerte y penetrante. El secreto estriba en conseguir un justo término medio. Se trata de una tarea tan ardua, que ni siquiera Stradivari conseguía siempre un alto grado de calidad en sus instrumentos. Durante su larga vida construyó unos 1500 violines, además de violas y violoncelos. De los quinientos que subsisten en la actualidad, muy pocos están en uso.
Y aunque la ciencia llegara a descubrir el secreto de Stradivari, aún quedaría el enigma del arco. Ahí están los maravillosos arcos de François Xavier Tourte, el artesano parisino del siglo XIX, que alcanzan cifras astronómicas en subasta. Hasta la fecha tampoco ha habido nadie capaz de descubrir el secreto de los arcos de Tourte.
+ una recomendación: el violín rojo (1998)
ronronea: naia
23 de noviembre de 2924
Hace 10 horas
10 maullidos:
Hace siglos que tuve la oportunidad de asistir a un concierto con stradivarius incluido y, aunque no soy especialista en la materia, sí que pude apreciar la diferencia. Los "solos" fueron maravillosos
ISA
www.sopasyletras.com
Interesante publicación, una vez mas, y me sumo a la recomendación de la película canadiense. Tengo un buen recuerdo del film a pesar de tener unos añitos...
Isa, totalmente de acuerdo, el Stradivarius tiene un cierto deje metálico que resulta inconfundible. En algún lugar he oído una teoría sobre su construcción, según la cual Stradivari habría mezclado virutas de metal con la madera, lo que explicaría esta peculiaridad. Bueno, pues una teoría más.. el hecho es que hasta el momento no se han logrado reproducir
desdevaladilene, tengo ganas de volver a ver esa película, recuerdo que me gustó en su momento :)
Por eso son joyas de arte esos violines. Ni hablar!!!
Saludos.
Salvador, creo que no entiendo del todo tu comentario, pero eres igualmente muy bienvenido
Soy de oreja blanda pero de oído duro... no apreciaría la diferencia. Pero el misterio me apasiona.
dintel, comparto tu gusto por el misterio, hace la vida un poco más interesante
bss
hasta ahora intriga tanto el cómo se construyó el violín stradivarius como a qué se debe su sonido.
lo último que leí fue que hicieron una comparación entre los sonidos de diferentes violines -incluído un stradivadius-. ante los oídos de varios expertos y nadie pudo decir: "éste es un stradivarius" y llegaron a la conclusión de que un violín actual no le va a la zaga en cuanto a sonido a un stradivarius.
¡cómo será!
lo único cierto es que siempre trataremos de desentrañar su misterio. saludos.
Draco, no conozco este último experimento que mencionas. Una vez tuve el privilegio de oír como suena un Stradivarius en directo, y a mí sí me pareció suficiente peculiar, como ya dije con un cierto eco metálico que dio un sesgo desgarrado y, quizá, un sabor antiguo a la interpretación
bss
Yo en mi último viaje a Viena acompañada x mi gatita, tuve la oportunidad de quedarme enganchado al escaparate de una tienda de la zona de anticuarios qué guardaba en una vitrina muy bien vigilada uno de estos ejemplares. ante mi desconocimiento de la lengua bárbara, le puse cara de pena al propietario y lo saco de la vitrina para q pudiera verlo de cerca, su aroma era diferente al de cualquier otro violín y rezumaba historia, se me hubiera dejado interpretar el himno de la alegría podría decir algo más pero para eso tenía qué pagar una fila de ceros qué indicaba un papel al dorso del escuche...
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