Mendel es un viejo librero judío que vive en Viena, en aquella «Viena fin de siècle» que brilla, culta y decadente, al ritmo de los valses de Strauss.
pero a Mendel le da igual. Habita en su propio mundo, un mundo de libros. Cada día ocupa una mesa de mármol ―cuidadosamente reservada― en el café Gluck, y allí recibe a los clientes. Pues el viejo Mendel es un librero sin librería: vende su prodigiosa memoria sobre los libros, ediciones, autores, títulos..
Jakob Mendel, aquel judío de Galitzia, pequeño, comprimido, envuelto en su barba y además jorobado, era un titán de la memoria. Tras aquella frente calcárea, sucia, cubierta por un musgo gris, cada nombre y cada título que se hubieran impreso alguna vez sobre la cubierta de un libro se encontraban, formando parte de una imperceptible comunidad de fantasmas, como acuñados en acero. De cualquier obra que hubiera aparecido lo mismo hacía dos días que doscientos años antes conocía de un golpe el lugar de publicación, el editor, el precio, nuevo o de anticuario. Y de cada libro recordaba, con una precisión infalible, al mismo tiempo la encuadernación, las ilustraciones y las separatas en facsímil. Veía cada obra ―lo mismo daba que la hubiera tenido en sus manos o que sólo la hubiera entrevisto en una ocasión y de lejos en un escaparate o en una biblioteca― con la misma claridad con la que el artista ve sus creaciones interiores, aún invisibles para el resto del mundo. Recordaba, por ejemplo, que un libro aparecía en oferta en el catálogo de un anticuario de Ratisbona por unos seis marcos y, de inmediato, que ese mismo libro se habría podido adquirir en un ejemplar diferente hacía dos años en una subasta en Viena por cuatro coronas. Y a la vez se acordaba también del comprador. No, Jakob Mendel no se olvidaba nunca de un título, de una cifra. Conocía cada planta, cada infusorio, cada estrella del cosmos perpetuamente sacudido y siempre agitado del universo de los libros.en 1914, el asesinato del archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía Chotek en Sarajevo desencadena la I Guerra Mundial, que se prolongará hasta 1918 y culminará con el desmembramiento de Imperio Austrohúngaro. Fue una época cruel, en la que cada familia tuvo que luchar duramente por la supervivencia.
hoy, después de aquellos sucesos terribles, he regresado al café Gluck, y el asiento de Mendel está vacío. ¿Qué fue del viejo librero durante estos años?
ronronea: claudia
6 maullidos:
Eiiiiiiii gatitas!!! que hoy la "piva" cumple años.
Espero que no os hayáis olvidado... Quién viene a mi fiesta?¿? Habrá mucho alcohol, drogas y por supuesto sexoooo!!!
Y de regalos: un látigo nuevo de cuero, unas botas de avance de temporada ahhh y salmón con gambas (fresco)
Besitos fiesteros
PD: reservado el derecho de admisión.
feliz cumpleaños gatita!! te espera una fiesta con pastel de salmón y gambas en la gatera :)
besos,
Que personaje mas interesante, debió ser admirable. ¡Ah!, y feliz cumpleaños. Un beso
hola isabel;
se trata de un cuento corto de Zweig, traducido y editado en 2009 por Acantilado.
besos,
Qué historia más chula...
realmente lo es, dintel.. el viejo Mendel tiene un cierto romanticismo «fin de siècle» que se perderá en este futuro aséptico que estamos construyendo, de corta memoria y catálogos electrónicos
besos,
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