miércoles, 7 de enero de 2009

noche 938



el capitán Moin accede a ayudar a la adolescente, quien le detalla su plan:

esta noche iré, vestida con mis más bellos vestidos y envelada de tal forma que nadie más que tú podrá reconocerme en todo el barrio, a sentarme ante la casa del cadí, padre de mi amante; entonces, tú y los guardias que están bajo tus órdenes, atraídos por el perfume penetrante que exhalaré, os dirigiréis hacia mí, y tú, avanzando respetuosamente, me preguntarás: «¿Qué haces aquí a hora tan tardía, sola en la calle, oh dama de alto rango?» Y yo te responderé: «¡Oh valiente capitán! Soy la hija del alcaide de la ciudadela y mi padre es emir del sultán. Hoy he salido de nuestra casa y del barrio y he venido a esta ciudad para hacer algunas compras. Una vez que compré lo que quería, vi que se me había hecho muy tarde, y, de vuelta a mi barrio de la ciudadela, vi que las puertas estaban cerradas; entonces, esperando encontrar alguna persona conocida en cuya casa pasar la noche, regresé a la ciudad, pero para desgracia mía no he encontrado a nadie, y, desolada al verme así, yo, la hija de noble sangre, vine a sentarme en el quicio de esta morada, que me han dicho que es la casa del cadí, a fin de sentirme protegida con su amparo.»

entonces el capitán pedirá al cadí amparo para la muchacha, y así las dos amantes podrán reunirse. Todo sucede tal como ha dispuesto la adolescente, pero a la mañana siguiente hay un gran escándalo en la casa del cadí: la invitada ha desaparecido, y con ella toda la fortuna del cadí, un cinturón que contenía seis mil dinares de oro.

la adolescente acude de nuevo al encuentro del capitán, y le expone la segunda parte del plan:

vas a ir enseguida a casa del cadí, que se debe de estar consumiendo de impaciencia, y le dirás: «Señor cadí, he pasado tres días efectuando pesquisas por toda la ciudad respecto a esa joven, a la que por recomendación mía concediste hospitalidad por una noche y a la que ahora acusas de haberte robado seis mil dinares de oro. Ahora bien; yo, el capitán Moin, sé con toda seguridad que esa mujer no ha salido de tu casa después de haber entrado, porque a pesar de las pesquisas de todos mis hombres y de todos los capitanes de policía de los otros barrios, no se han encontrado huellas ni vestigios de ella, y ninguna de las mujeres que hemos enviado como espías a los harenes ha conseguido noticias de ella.»

con estos argumentos, el capitán registrará la casa del cadí, encontrando al fondo de una gran tinaja de aceite las ropas de la invitada, manchadas de sangre.

en este momento, Schehrazada vio que amanecía y, discreta, se calló.

el resto de la historia:
noche 937
noche 939

ronronea:
akane

4 maullidos:

dintel dijo...

Vaya con Sherezade que no hace más que callar...

Raúl dijo...

Está interesante la historia... Y yo que sólo recuerdo haber leído de ese libro las historias de Simbad... Curioso: antes las podía valorar como relatos de aventuras, como si fuese lo mismo que leer a Verne, y luego cobran valor por el espejo histórico que ofrecen (sabiendo que son literatura y mitos, claro), pues aunque escrito en el medievo, vendrán de cuentos más antiguos ¿no? Y mira por dónde, este relato escrito en aquella época... Mola :)

Anónimo dijo...

hola guapa;
pues a mí me parece que habla más que calla :)

besos,

Anónimo dijo...

hola julián;
las 1001 Noches es un libro sensual.. lo leo en una edición preciosa (Arco de Eros), con ilustraciones modernistas y papel biblia

besos,