aquí no hay playa

hubo un tiempo en que a los madrileños solía llamárseles «hijos de la ballena», porque en cierta ocasión se corrió la voz de que por el río Manzanares bajaba una ballena. Ante tan alarmante noticia, los valerosos madrileños se armaron hasta los dientes y fueron en tropel en busca de la ballena, dispuestos a acabar con ella.

cuando la encontraron, resultó que la ballena era una albarda, y la cosa terminó con bromas y chanzas, haciéndose desde entonces los madrileños acreedores del título de «ballenatos». Andando el tiempo, el apelativo de «ballenatos» cayó en desuso, al ser sustituido por el de «gatos» .

un ejemplo del cachondeo a propósito del asunto de la ballena, esta canción obra del maestro Tomé Burguillos:

riberas del estrecho Manzanares
por donde antiguamente
alborotó los límites postreros
la que tuvo a Jonás en sus ijares,
oscureciendo su cristal corriente,
hasta que abandonó los lavaderos,
a fuerza de los fieros
dardos y chuzos de la gente armada
que por la puente la estorbó la entrada.

ronronea: big cat